martes, 24 de agosto de 2010

Conversaciones en el Impasse - Editado por Tinta Limón (Colectivo Situaciones)

    Este libro tiene la virtud de situarnos en un espacio muy distinto al que nos tienen acostumbrados los ya tradicionales esquemas con los que se relata la realidad y que nutren las páginas de prácticamente todos los periódicos, ya sean de derecha o izquierda, más progres o menos progres, más kirchneristas o menos.

    Impasse es un concepto que puede abordarse en contraposición a la idea de transición, tan frecuente en el relato político.

    Decimos en contraposición porque este esquema transicional de vivir un presente da cuenta de que una ausencia surca el tiempo presente, que aún no se está en donde se quiere estar, que aún no se está viviendo en la plenitud (retórica kirchnerista...el infierno...el purgatorio...y luego....y luego....sospechamos que este relao rumiado es difícil de digerir, que instaura una carencia que se autoperpetúa) pero a la vez delimita un horizonte y, al hacerlo, no sólo predetermina un camino sino que al mismo tiempo entrega las claves con que se debe leer la realidad para conjurar las desviaciones que puedan surgir en el viaje.

    ¿Y qué implica hablar de impasse? Implica reconocer la radical apertura del presente, y para ello hay que empezar por concebir la inactualidad de las categorías que estructuran el pensamiento político (en épocas de crisis, mejor ver y escuchar para dar lugar a lo nuevo...no tapar el abismo con un hablar ansioso). ¿Necesariamente hay que remitirse siempre al pasado para descifrar el presente? ¿Lo mejor que puede ocurrirnos es desempolvar antiguas fórmulas y reivindicaciones para volver a colocarlas como paradigmas políticos? ¿La crisis actual del capitalismo merece ser interpretada con los mismos conceptos que hace 80 años? Eso pareciera ofrecernos el menú mutimediático y político. Recordemos a Keynes! Recordemos la crisis del 29! Ahí está el New Deal y más acá el peronismo ! Recibamos con aplausos al Estado Interventor ! Y todos nos apresuramos a dividir, a separar, por un lado el capital productivo, propulsor de la responsabilidad, de la cultura del trabajo, núcleo a partir del cual se piensa la redistribución de la riqueza, producción suceptible a un relato nacional y popular... del otro lado el capital financiero, su cultura especulativa, sus infinitas bicicletas, sus máquinas vomitivoregurgitantes de hacer moneda sin respaldo y su íntima complicidad con la globalización, con la disolución del poder estatal....y allí el relato de la realidad reposa. Ante el estruendo de los acontecimientos, aparecen benévolos en los rincones los viejos manuales, más con cara de "yo te avisé, no me escuchaste" que suplicantes, saben que van a ser requeridos, que ha llegado su momento de propagar la calma y la tranquilidad. Esto sucede porque....y esto se arregla así y asá, uf qué bueno, por un momento sentí que me extraviaba !

    Muy bien, pero con esta avidez por apresar la realidad no pareciera ponerse en cuestión la manera capitalista de gestionar la vida. Más bien se asegura la perpetuación del movimiento pendular que ha logrado mantener casi incólumne a dicho sistema. Pensar más allá de los binarismos que estructuran el pensamiento político puede ser el primer paso para salirse de ese péndulo.

    "Conversaciones en el impasse" sobrevuela la realidad de los gobiernos latinoamericanos explorando el terreno en el que actúan así como las maneras en que conciben sus proyectos, no para condenarlos sino más bien para señalar sus debilidades y arcaísmos, una cierta reactividad intrínseca en ese anhelo por echar mano de una memoria hecha a imagen y semejanza, que en algunos casos obtura la posibilidad de repensar las cosas de un Otro modo.

   Con esto no decimos que no sea lindo y hasta reconfortante prender el televisor y ver que Canal 7 o Encuentro estén pasando documentales que recuperan lo mejor de las luchas populares. No obstante, cabe preguntarnos si ese afán por mirar nuestra historia, y la particular manera en la que se lo hace, más que abrirnos las perspectivas del futuro, estrecha la diversidad de perspectivas, privilegiando un tipo de construcción política y militante más ligado a las subjetividades de antaño (relacionadas con un Estado y sindicalismo fuertes que sólo perciben en el ámbito de trabajo la posibilidad de una redistribución de la riqueza) que a las subjetividades-resistencias emergentes que son producto del proceso neoliberal y que se manifiestan irreductibles a la antigua institucionalidad de la sociedad.

Alejandro Campos

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